Los más mayorcitos seguramente recordarán que a mediados y finales de los 90 los PCs
se vendían como churros. La gente además los cambiaba con frecuencia porque todo avanzaba a una velocidad de vértigo. Era un poco como lo que pasaba hasta no hace mucho con los smartphones. Aquella época dorada terminó porque los PCs se convirtieron en una 'commodity', un producto básico y masivo que, la verdad, se había vuelto un poco aburrido.
Las revoluciones en este segmento parecían haberse acabado.
El gaming y el streaming han animado un poco las cosas, pero no demasiado. Luego vivimos un singular y repentino resurgimiento de las ventas: durante el confinamiento la gente volvió a interesarse por ellos no porque hubiera habido grandes revoluciones,
sino por pura necesidad.
Tras la pandemia el PC volvió al segundo plano en el que lo dejaron los smartphones, y los fabricantes vieron cómo las ventas
caían una y
otra vez. Las cosas no parecían poder cambiar fácilmente, pero entonces llegó la IA. Los prodigiosos ChatGPT y Midjourney han sido puntas de lanza de un fenómeno global, pero siguen teniendo un problema: hay que ejecutarlos en la nube, y aunque eso es cómodo para los usuarios, no es ideal en todos los escenarios.
Y ahí es donde entra el PC, que
quiere resurgir para ofrecer una prometedora alternativa: tener una especie de
ChatGPT o
Midjourney que se ejecute en local, sin necesidad de la nube. Tu ordenador quiere convertirse en un súper-asistente personal que aproveche tus datos para ayudarte en todo de forma segura y privada.
Esa es la promesa, y aunque aquí es probable que el rendimiento inicial de esos motores de IA sea modesto, hay indicios que apuntan a un futuro espléndido para dicho tipo de soluciones. En el lado del software, modelos como
Llama 2 ya permiten algo así en cualquier PC actual. En el del hardware,
Intel y sus futuros Meteor Lake integrarán unas llamativas NPUs para impulsar este tipo de escenarios.
Esto se mueve, señores. Y mucho.